Estamos viviendo una época “rara” en cuanto a Recursos Humanos, estamos primando otras cosas por encima de las personas, conseguir obtener beneficios se ha convertido en nuestro fin principal en el día a día de nuestra organización, y recortamos coste hasta el máximo.
Es importante intentar ahorrar luz y suministros, que no se nos vaya la cuenta del teléfono que a veces sube hasta límites insospechados, e incluso en gasolina intentando mejorar la productividad de nuestra actividad comercial.
Pero hay algo en lo que no debemos ahorrar en nuestra organización, ya que esto al final incide en nuestro éxito empresarial, y es nuestro personal.
A pesar de que queramos incrementar nuestra plantilla porque son rebajas y nuestras ventas aumentarán, o porque nos han aprobado una concesión, o tenemos un nuevo proyecto, debemos asegurarnos de que la persona que contratemos sea la más adecuada, e incluso debemos mirar al futuro, y pensar en lo que esa persona va a poder hacer por nuestra empresa, y para que nuestra empresa siga creciendo.
El trabajo de los head hunters consiste en encontrar a aquellas personas que nadie está buscando; para ello la empresa tiene su Plan de Reclutamiento.
Se ven todos los aspectos del puesto de trabajo que queremos cubrir y realizar el perfil de candidato ideal.
Debemos tener en cuenta que no es tan importante ocupar el puesto cuanto antes como centrarnos en encontrar a nuestro nuevo trabajador estrella.
Es básico, por lo tanto, realizar una descripción lo más concreta posible del perfil que estamos buscando.
Buscamos los candidatos óptimos y posteriormente reducimos hasta conseguir centrarnos basándonos en su experiencia, si tiene reconocimientos y sus proyectos de trabajo.
Será básico que tengamos absolutamente claro que esos candidatos van a dar la talla para el puesto de trabajo que estamos ofreciendo.
Si contamos con un equipo cualificado, y con una buena proyección de futuro, tendremos muchas más posibilidades de que nuestra empresa consiga tener éxito.