Emprendedores, el socio amigo.
Estaba viendo la película “La Camioneta” de Stephen Frears, y me hizo reflexionar sobre algo, que muchas veces no nos planteamos a la hora de lanzarnos a emprender, y es la pregunta básica de si lo hacemos en solitario o acompañados, es decir, con uno o varios socios.
¿Cuántas veces no os ha pasado, tener una idea o un proyecto con un amigo o compañero de trabajo y tener dudas al respecto?
En la película dos amigos en paro deciden emprender un negocio juntos, y podemos ver los altibajos que esto causa en su relación. En la película prima la amistad…pero en la vida real…¿Qué crees que sucede en la vida real? ¿Cuántos casos conoces?
Puede ocurrir que la idea la llevemos a cabo con un amigo, con el que nos llevamos genial y congeniamos perfectamente, en gustos y valores. Por ahora todo bien, pero debemos tener totalmente clara nuestra idea de negocio, y nuestra estrategia, ya que cada persona tiene una forma de trabajar, y lo llevamos a cabo a nuestra manera.
Por ello antes de empezar, debemos tener claro como llevaremos a cabo puntos tan importantes como quien se encarga de proveedores y realiza pedidos, quien se encarga de la contratación de personal, o como notenemos mucha experiencia si lo externalizamos, quien se encarga de la limpieza, o si contratamos a alguien, o quien será el comercial de la empresa, y luego la toma de decisiones que puede ser de manera conjunta, como podría ser la necesidad de contratación, o no, de personal, o la necesidad de ampliar el local entre otros.
Otro punto será la formalización de los estatutos del negocio, en ellos se debe detallar todo esto, y no solo poner que se ha puesto tanto dinero y cada socio tiene tantas participaciones.
Muchas veces los emprendedores nos dejamos llevar, dejamos todo en manos de la asesoría y ni leemos como están redactados los estatutos de nuestra empresa, que son su esqueleto al fin y al cabo. Son cuestiones que no crean problemas…hasta que surgen los problemas.
Y por otro lado podemos ver la serie de acuerdos tácitos, que hay en las empresas, todas aquellas cosas que se dan por supuesto pero que nos pueden causar problemas en el futuro, un ejemplo de ello son las horas dedicadas por cada socio y el reparto de beneficos, quien no ha oído hablar de aquellos dos amigos que montan el negocio, y cómo uno está todo el día en él, y el otro no tiene un horario fijo predeterminado, o le surgen muchas cosas por las que no puede ir en esa mañana.
O bien que trabaje en otro sitio, pero en los estatutos pone que reparten dividendos a partes iguales.
Si conoces negocios creados entre amigos sabrás de qué hablo, ni siquiera hace falta mencionar a Steve Jobs en Apple o a Facebook.
Otra figura es la del socio capitalista, que será aquel que pone la inversión, y al que luego tienes que rendir cuentas, sea amigo o no.
Todos conocemos alguna que otra relación que ha sido irrecuperable por cosa relacionadas con el trabajo, incluso sin ser socios, siendo solo compañeros.
Por eso creo que todas las posibles incidencias debemos tenerlas en cuenta desde el principio, para evitar romper una amistad, y lograr que nuestro negocio vaya “viento en popa”, que es el objetivo principal de la emprendeduría.